Tratamiento

En Rokuganés, tanto culto como común, los nombres reciben sufijos según el respeto, según el lugar en la jerarquía de aquel a quien te diriges, aunque también se ven influidos por el grado de confianza que tienes con tu contertulio, el grado de cercanía que teneis. 

El sufijo más formal es «-sama» (muy formal y respetuoso, para superiores), «-san» es el más frecuente (entre pares, educado, incluso entre amistades) y luego los más familiares son «-chan» (con niños, niñas, mujeres y mascotas) y «-kun» (para hombres, amistades cercanas y subordinados), en estos dos últimos se puede emplear con el nombre.

Algunos ejemplos son:

El sirviente que habla sobre Kakita Toshimoko lo llama «Toshimoko-sama» (llamándolo por su nombre), pero Hitoshi, un joven que aún debe pasar su rito de mayoría de edad, se refiere al samurái como «Kakita-sama».

En cambio, Toshimoko habla de este joven como «Hitoshi-san», ya que tienen escasa relación, pero se refiere a su aprendiza como «Riku-chan», demostrando mayor confianza (llamándola por su nombre, y no por su apellido: Kakita).

El «-chan» en niños evoluciona a «-kun» en la adolescencia, aunque algunos casos altamente cercanos podrían seguir usándolo, como una abuela que llame «Toshimoko-chan» a su nieto bien crecido.
En la casta samurai, tras su gempukku (ceremonia de la adultez) jamás estará bien visto continuar usando los sufijos «-chan» o «-kun», salvo alguna rara excepción como la abuela que se dirige a su nieto samurai en la intimidad.

Entre «-sama» y «-san» está «-dono». Se usa con pares en la jerarquía pero que or alguna razón son mas prominentes. Tiene la particularidad de que así como «-sama» resulta sarcástico decírselo a quien no lo merezca, «-dono» si permite esto como muestra de educación. Así es como se dirige un samurai a su señor cuando tras muchos años de servicio ha alcanzado ese grado de familiaridad (algo que no necesariamente sucede).

La ausencia de sufijos muestra una relación cercana, personal, pero madura y con otro matiz distinto a la cercanía que muestran «-chan» o «-kun».

El prefijo arcaico «O-» se añade para indicar prestigio, fama. Como en O-Toshimoko, y en esos casos no se indican sufijos.

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