Alquimia china

El taoísmo es, por encima de todo, una vía de liberación, con una clara orientación mística, se basa en la sabiduría intuitiva en contraposición a la racional. Lo racional tiene unos límites que lo intuitivo traspasa.

La desconfianza hacia el conocimiento y el razonamiento convencionales es más fuerte en el taoísmo que en cualquier otra corriente filosófica de Rokugán.

De ahí que las lecciones del Tao no sean explicaciones claras sino metáforas ya que el eje sobre el cual gira el taoísmo es la idea del Tao, difícil de definir “El Tao que se puede nombrar, no es el verdadero Tao”.


La palabra Tao se suele traducir por “vía” o “camino”, refiriéndose al “sentido de la Vida”, al “orden natural del Ser” y la “Causa suprema y misteriosa de la existencia”.

En el Tao se dice: 

Existe algo que es completo. Era antes que el Cielo y la Tierra, quieto y profundo. Único y no cambiante. Autosuficiente e inmutable. No se conoce su nombre. Eso es el Tao"


LA ALQUIMIA EXTERNA

Una de las principales preocupaciones del taoísmo filosófico (道家 dào jiā) ha sido la prolongación de la vida, a través de ciertas prácticas para lograr la inmortalidad o la longevidad.

La alquimia externa o wàidān 外丹 (literalmente, “elixir externo”) es la búsqueda de una fórmula para producir un elixir que otorgara la inmortalidad, a través de la combinación y purificación de ciertos metales, minerales y otras sustancias naturales.

Para refinar las sustancias alquímicas, se utilizaba un caldero (鼎 dǐng) calentado sobre un hornillo o fuego (爐 lú). Entre las sustancias utilizadas se encontraban oro, plata, cinabrio, rejalgar, mercurio, plomo y arsénico, muchas de ellas altamente tóxicas.

El resultado del proceso alquímico era un elixir de forma similar a una píldora, que era ingerido por el alquimista. 
Como podemos suponer la alquimia taoísta es peligrosa, con muchos envenenamientos de alquimistas que murieron en su oficio. 

Los alquimistas se dieron cuenta que el caldero que estaban usando no era el adecuado para producir la inmortalidad, no se trataba de un horno exterior sino del horno "interior" es decir, el propio cuerpo humano.

Esta píldora no te daba la inmortalidad en si mismo sino que era el camino a este, la alquimia "interna" se deberia ocupar de ello

LA ALQUIMIA INTERNA

Así pues la alquimia interna se denominó “elixir interno” (內丹 nèidān) que comprende una serie de prácticas meditativas y de control de la atención y la respiración para producir cambios energéticos en el organismo.

Ciertas áreas del cuerpo se conciben como una serie de hornos y calderos (爐鼎 lú dǐng) donde la energía se transforma y para poderlos usar como se debe ahí es donde reside la necesidad de la práctica de las técnicas y de poseer los conocimientos.

Dentro de la alquimia interna para conseguir el elixir dorado, que es aquel que da la inmortalidad, se sigue una serie de procesos mentales y espirituales:

1. Completar la esencia: Significa satisfacer el cuerpo para eliminar el deseo.
2. Completar la energía. Solo se logra después de haber completado la esencia. Supone nutrir la mente, eliminando los pensamientos.
3. Completar el espíritu. Implica unir el cuerpo y la mente, mediante la ausencia de deseo y de pensamiento, para así recuperar el vacío.


La práctica de la alquimia interna consiste el refinar el yīng, concretamente la parte yang 陽, y transformarla en qì activando el “fuego” del perineo, que actúa como un horno.
Este fuego, avivado por la respiración diafragmática, comienza a transformar el ying en qì, y éste es almacenado en el dāntián (o "campo del elixir").

El concepto de dāntián 丹田 o “campo del elixir” es una zona del cuerpo en donde se almacena la energía que resulta del proceso alquímico.
Al inicio de la práctica, el dantian no está aún formado. 
Este puede formarse de manera espontánea durante la práctica de qìgōng y de las artes marciales, o puede formarse de manera intencional con ciertos ejercicios de nèi gōng 內功, de respiración y meditación.

Cuando el dantian está debidamente formado y comienza a almacenar energía, esta empieza a circular en la cavidad ventral formando lo que se llama la “Órbita Microcósmica Menor”.

Cuando la energía de la zona del caldero que corresponde a la zona de los riñones es suficientemente fuerte, se activa otro “fuego que hace ascender el qì por el canal dū mài 督脉 (Vaso Gobernador), activando la Órbita Microcósmica (小周天 xiǎo zhōu tiān).

Que el dantian sea llamado “campo del elixir” no es en vano, pues, al igual que un cultivo, requiere de un trabajo de cuidado y mantenimiento constantes.

Se habla de tres dantian:

El dantian bajo: situado en el bajo vientre
El dantian medio: a la altura del pecho
El dantian alto: en la cabeza.


Alquimia y artes marciales

La alquimia taoista y las artes marciales estan muy relacionadas ya que aquellos que controlaban el dantian podían tener extraordinarias facultades.

En las artes marciales el dantian comprendido en la zona baja entre la cadera y la cintura generaba la enorme potencia para estas, haciendo que esta zona “gobierne” el movimiento en el sentido de que transfiere la energía entre la parte inferior del cuerpo y la superior.

Transmutación del alma

Cuando el adepto ha transmutado su esencia tras pasar por diferentes estados finalmente su espíritu sale por las fontanelas del cráneo para fundirse con el vacío.

Se supone que, el camino que han llevado han hecho que estos alquimistas sean excepcionalmente longevos y que tras la muerte física de su cuerpo en realidad su alma pasa a otro plano.

Trascender a otro plano significa por fin ser parte del Todo, del Tao y salir y romper definitivamente la rueda de las reencarnaciones.

Pero también se habla de la posibilidad de vivir "dentro de otros cuerpos", no dejando claro si hablan de tener un homúnculo, ocupar el cuerpo de otra persona, o saltar de cuerpo en cuerpo manteniendo el alma intacta.

Como el alquimista debe hacer permanecer el elixir en su cuerpo debe abstenerse de ciertos comportamientos para que esta energía no salga.

En el caso masculino se trataba de que el adepto aprenda a tener relaciones sexuales sin derramar la esencia vital (el semen).
En el caso femenino, las mujeres también pierden su sustancia basal por la menstruación asi que para ello aprendían la técnica llamada «decapitar al dragón rojo» que permite a la adepta interrumpir voluntariamente la menstruación


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