Muerte, cementerios, y altares
Desde la batalla de las tumbas robadas del año 510 (el primer alzamiento de Iuchiban), o mas acertadamente desde el edicto Imperial que la siguió, enterrar cadáveres está terminantemente prohibido en Rokugán.
Los muertos rokuganíes son quemados en piras para purificarlos, tras pasar un rito con shugenjas para asegurarse que están limpios. El tiempo que pasan "inmovilizados" con conjuros y jade depende de la zona del Imperio donde fue la muerte y el motivo. No es lo mismo que muera de viejo un dragón a que lo haga tras venir de la muralla un Cangrejo. Usualmente están de 1 a 5 días custodiados por el ritual de purificación antes de pasar por el fuego.
Los cadáveres en Rokugan tienen sobre ellos el gran tabú de no tocarlos, por el cual los eta, la casta de los intocables, son los encargados de ellos. Pero igualmente debido a que la carne es tan sólo un contenedor del alma, lo importante es esta y las vidas pasadas y venideras.
Cementerios
La mayoría de los cementerios que existen con lápidas son ornamentales, y por supuesto para la casta samurai, pero son guardadas como monumentos a personas o a familias enteras. Son tumbas con nombres familiares y un listado de los ancestros de estos que ir a visitar en ocasiones especiales como los festivales de los equinoccios de primavera y de otoño o en fechas especiales para la familia y eventos de algún antepasado, por ejemplo la fecha de la muerte en una batalla importante.
Estas tumbas además van acompañadas de palabras importantes y poderosas con significado ya sea "honor" "lealtad" "paz"...
Durante las fechas de visitar las tumbas se limpian y se les ofrecen ofrendas. Incluso en algunos cementerios, llenos de árboles de cerezo, se organizan picnics frente a lápidas.
Los muertos rokuganíes son quemados en piras para purificarlos, tras pasar un rito con shugenjas para asegurarse que están limpios. El tiempo que pasan "inmovilizados" con conjuros y jade depende de la zona del Imperio donde fue la muerte y el motivo. No es lo mismo que muera de viejo un dragón a que lo haga tras venir de la muralla un Cangrejo. Usualmente están de 1 a 5 días custodiados por el ritual de purificación antes de pasar por el fuego.
Los cadáveres en Rokugan tienen sobre ellos el gran tabú de no tocarlos, por el cual los eta, la casta de los intocables, son los encargados de ellos. Pero igualmente debido a que la carne es tan sólo un contenedor del alma, lo importante es esta y las vidas pasadas y venideras.
Cementerios
La mayoría de los cementerios que existen con lápidas son ornamentales, y por supuesto para la casta samurai, pero son guardadas como monumentos a personas o a familias enteras. Son tumbas con nombres familiares y un listado de los ancestros de estos que ir a visitar en ocasiones especiales como los festivales de los equinoccios de primavera y de otoño o en fechas especiales para la familia y eventos de algún antepasado, por ejemplo la fecha de la muerte en una batalla importante.
Estas tumbas además van acompañadas de palabras importantes y poderosas con significado ya sea "honor" "lealtad" "paz"...
Durante las fechas de visitar las tumbas se limpian y se les ofrecen ofrendas. Incluso en algunos cementerios, llenos de árboles de cerezo, se organizan picnics frente a lápidas.
Quizá el aspecto más importante de la metafísica de Rokugan sea el concepto del alma fallecida.
Si un cuerpo no recibe un entierro adecuado el alma no parte para reencarnarse, sino que viaja a Meido, el oscuro mundo subterráneo del dolor. Allí, el espíritu es torturado con los recuerdos de su vida, tanto agradables como dolorosos, hasta que queda lleno de furia. Entonces vuelve al mundo de los vivos en una forma dependiente del dolor que lleve consigo.
Hay miles de tipos de fantasmas en Rokugan. En cualquier momento en que sucede una muerte trágica, uno puede asegurar que el fallecido regresará como fantasma.
Normalmente, un fantasma ha de completar un propósito en las Tierras de los Vivos antes de poder proseguir su viaje. Aquellos que estaban profundamente enamorados a menudo regresan para proteger a sus amados de cualquier daño. Las madres vuelven para proteger a sus hijos huérfanos o, si murieron en el parto, para robar los hijos de otros.
Lo
que existe en todas y cada una de las casas es un altar familiar donde
se guardan pequeñas tablillas como si fueran tumbas, de los antepasados.
Estos santuarios llevan un ofusa o talisman de protección y se les pone delante incienso y ofrendas a los antepasados.
Las tablillas principales son las de los antepasados más recientes o más famosos, pero en algunos clanes, como el león, esta clase de altares familiares tienen tablillas para todas y cada una de las personas que forman el linaje hasta el primero de ellos.
(Lo cual además facilita la memorización de la línea genealógica, la cual es una de las pruebas en la ceremonia del gempukku por la que todo samurai pasa).
No se guardan cenizas ni nada por el estilo. Si acaso si hay algún objeto que el fallecido le gustase especialmente puede pasar a formar parte de los objetos que estarán en el altar junto con el cuenco con bebida y algo de comida (para satisfacer a los ancestros).
Los altares familiares además suelen ser el nexo de unión con los espíritus de las casas y familiares, los que protegen a la familia llamados zashiki-warashi, representados como niñas pequeñas con peinado corto y tradicional y kimono.
Los altares familiares pueden ser trasladados de casa o incluso cuando se está de viaje tener uno pequeño especial para el rezo (en cuyo caso se suelen llevar las tablillas de los más cercanos.) esto suele pasar cuando por ejemplo se viaja a cortes de invierno que es un tiempo amplio el que uno va a estar fuera de casa pero asentado. Aunque la decisión de llevarlo es personal no es extraño que entre las pertenencias viaje un altar.
Las tablillas principales son las de los antepasados más recientes o más famosos, pero en algunos clanes, como el león, esta clase de altares familiares tienen tablillas para todas y cada una de las personas que forman el linaje hasta el primero de ellos.
(Lo cual además facilita la memorización de la línea genealógica, la cual es una de las pruebas en la ceremonia del gempukku por la que todo samurai pasa).
No se guardan cenizas ni nada por el estilo. Si acaso si hay algún objeto que el fallecido le gustase especialmente puede pasar a formar parte de los objetos que estarán en el altar junto con el cuenco con bebida y algo de comida (para satisfacer a los ancestros).
Los altares familiares además suelen ser el nexo de unión con los espíritus de las casas y familiares, los que protegen a la familia llamados zashiki-warashi, representados como niñas pequeñas con peinado corto y tradicional y kimono.
Los altares familiares pueden ser trasladados de casa o incluso cuando se está de viaje tener uno pequeño especial para el rezo (en cuyo caso se suelen llevar las tablillas de los más cercanos.) esto suele pasar cuando por ejemplo se viaja a cortes de invierno que es un tiempo amplio el que uno va a estar fuera de casa pero asentado. Aunque la decisión de llevarlo es personal no es extraño que entre las pertenencias viaje un altar.
Comentarios
Publicar un comentario