Clima en Rokugán

El clima en Rokugán es muy variable dependiendo de la estación. Pero las estaciones (kisetsu) en Rokugán son más que una demarcación climatológica; cada una tiene un espíritu propio que se deja notar en la cultura del Imperio Esmeralda.
 
La época de lluvias (tsuyu) se sucede desde el mes del mono, el último del verano hasta la primera mitad del mes del gallo, primero del otoño, aunque con menor intensidad.
 
La temporada de taifún generalmente comienza el mes del dragón y termina el del gallo, aunque los taifún del mes de la cabra y especialmente del mono suelen ser los más fuertes. Al año, de media se producen unos 25 tifones en todo el Imperio Esmeralda.

 
Primavera. Calor agradable. Lluvias frecuentes fuertes y cortas el mes de la serpiente. Unas 7 horas de luz.

Liebre, Sol (Abril)
Dragón, Luna (Mayo)
Serpiente, Hantei (Junio)

El tiempo primaveral es agradable y apropiado para todo tipo de actividades, incluyendo la guerra. Es una temporada de trabajo intenso en los campos, para reparar los estragos del invierno y plantar la nueva cosecha de arroz, y también es la estación que concentra mayor número de festivales religiosos. Tras el duro invierno, la llegada de la primavera, que también marca el comienzo del año rokuganí, sirve como cumpleaños de los rokuganíes y les llena de alegría.

Verano. Calor excesivo. Lluvias fuertes y largas frecuentes el mes del mono y sequías frecuentes el resto del verano. Unas 8 horas de luz.

Caballo, Akodo (Julio)
Cabra, Doji (Agosto)
Mono, Shiba (Septiembre) 
 
En verano, el calor intenso hace que los soldados suden de solo pensar en ponerse la armadura, haciendo las batallas menos frecuentes, y que las mujeres, vestidas con finas yukatas, no salgan de casa sin una sombrilla que proteja su pálida piel de los rayos del sol. 
En el mes del mono los vientos marinos traen lluvias que anegan Rokugan, convirtiendo los campos de batalla en impracticables barrizales pero depositando un regalo de fertilidad en los campos de arroz durante la última fase de su maduración.
 
Otoño. Clima fresco. Lluvias suaves y largas el mes del gallo. Unas 6 horas de luz.

Gallo, Bayushi (Octubre)
Perro, Shinjo (Noviembre)

Como la primavera, es suave y permite la realización de casi cualquier actividad en condiciones idóneas, incluyendo la guerra, pero la mayor parte de los esfuerzos se centran en la cosecha del arroz y, consecuentemente, en el cobro del impuesto anual. De la cosecha anual del arroz depende, prácticamente, la totalidad de la economía del Imperio Esmeralda y el sustento de sus habitantes durante el año, y cuando la cosecha falla por algún motivo las consecuencias son terribles.

Invierno. Temperaturas gélidas. Nieve, hielo, y vientos frios. Varios caminos se cortan por la nieve. Unas 5 horas de luz.

Jabalí, Hida (Diciembre)
Rata, Togashi (Enero)
Buey, Fu Leng (Febrero)
Tigre, Décimo Hijo (Marzo)
 
Con el invierno toda actividad en Rokugan cesa. Los inviernos son fríos, ventosos y húmedos, y es común que pronto el suelo quede cubierto por una espesa capa de nieve que no se derretirá hasta la llegada de la primavera. 
Durante el invierno, los señores acogen en sus palacios y castillos a sus súbditos, amigos y familiares, en lo que se viene a llamar una Corte de Invierno, durante las que disfrutan de su mutua compañía, de los entretenimientos que el anfitrión ha preparado, y participan en multitud de competiciones de toda índole, desde sumai a debate, poesía o kemari —un juego de pelota recientemente introducido por los Shinjo en el que un grupo de samurais en círculo, vestidos impecablemente, intentan impedir que una pequeña pelota caiga al suelo golpeándola con los pies o las rodillas y, además, haciéndolo con elegancia y sin descomponer su impráctico atuendo—. 
Por supuesto, las Cortes de Invierno son también el lugar ideal para conspirar o cerrar tratos.


Todo esto, sin embargo, se ve matizado por la ubicación geográfica y la orografía. Rokugan es una tierra vasta y hay notables diferencias climáticas entre el norte y el sur. 
En tierras Cangrejo, o en la parte más meridional de las tierras Grulla, el invierno suele ser suave y no es frecuente que la nieve cuaje. 
Por contra, en las tierras del Fénix y el Dragón, septentrionales y elevadas, dormir al raso en una noche de verano es una experiencia de lo más desagradable. 
Igualmente, la cultura rokuganí, más que las consideraciones prácticas, dictan las actividades que se realizan en cada estación. Pese a que, logísticamente, sería posible para el clan Grulla hacer una campaña militar contra el Cangrejo en invierno, o que el frío clima otoñal en las montañas del clan Dragón es francamente inapropiado para hacer la guerra, nunca se les pasaría por la cabeza desafiar a la tradición dedicando una estación a un cometido distinto del que siempre ha tenido en todo el Imperio. Como suele pasar en Rokugan, la tradición gana la partida al pragmatismo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Pues para eso no juegues