Geishas
Las geishas (también conocidas como geikos) son mujeres de Rokugán que se dedican al arte del entretenimiento. Son artistas entrenadas en diversas disciplinas, como la música (p.ej el shamisen, un instrumento de cuerda), la danza, el canto, la poesía y la ceremonia del té.
Su objetivo principal es proporcionar un ambiente de refinamiento y entretenimiento a los invitados durante banquetes, fiestas y otras ocasiones especiales, pero no están involucradas en relaciones sexuales comerciales. La relación entre las geishas y sus clientes se basa en la cortesía, el respeto y el disfrute de las artes.
Las geishas son contratadas para asistir a fiestas y encuentros, tradicionalmente en ochayas (casas de té) o ryōtei (restaurantes).
Cuando entra en la casa de té de una geisha, se espera de un samurai que deje su katana en la puerta.
Su tiempo es medido según lo que se demora en consumirse un senkodai (palo de incienso).
El cliente contrata a la geisha a través del kenban (el gremio de geishas, su oficina), que mantiene el horario de cada geisha y agenda sus citas de entretenimiento o entrenamiento.
Su apariencia distintiva incluye elaborados kimonos, peinados elaborados con accesorios como kanzashi (palillos para el pelo), y maquillaje blanco en el rostro con labios rojos.
Las geishas son consideradas como guardianas de las tradiciones. Comienzan su formación en la infancia o adolescencia y pasan por un riguroso proceso de aprendizaje que dura varios años antes de convertirse en geishas de pleno derecho.
La elegante y alta cultura en la que viven las geishas se llama karyūkai ("mundo de las flores y sauces").
Hanamachi
Las geishas durante su aprendizaje viven en casas de geishas llamadas okiya en calles llamadas hanamachi ("pueblo de flores"), aunque las geishas experimentadas y libres de deudas pueden vivir en sus propias casas en el barrio.
El hanamachi, contiene casas de geishas, ochayas (casas de té), okiyas, la escuela karyūkai, casas de geishas y destaca como parte del hanamachi el kaburenjō, un lugar de reunión comunal para geishas, que generalmente contiene un teatro, salas donde se imparten clases de artes y se encuentra el kenban (oficina del gremio) que procesa el pago de una geisha, regula la profesión y se encarga de otros asuntos relacionados.
También hay otros negocios y casas en el hanamachi, que aunque fuera del karyūkai, se benefician de la categoría de estas calles.
Cada hanamachi normalmente tiene su propio nombre, escudo y población de geishas distinta, que desarrollan estilos ligeramente diferenciados entre sí.
Preparación
Las geishas comienzan su entrenamiento a una corta edad. Debido a la miseria y hambruna con la que algunos campesinos lidian, las niñas son vendidas a las okiya.
La niña vendida adquiere así una "deuda" con su compradora u okaasan, que pagará con el dinero que ofrecerán por ella los hombres que soliciten sus atenciones cuando se convierta en maiko, y más tarde en geisha.
Así empieza una etapa de trabajo en la que se les denomina shikomi. En esta etapa atienden como sirvientas en su okiya y asistentas de las geishas experimentadas.
Asisten a la escuela del karyukai para aprender las artes tradicionales de Rokugán. Y generalmente se les acostumbra a su independencia impidiendo toda comunicación con sus familias por uno o dos meses.
En la escuela del karyukai las aspirantes aprenden;
El shakuhachi (flauta de bambú)
El taiko (tambor)
Canciones tradicionales
Baile
Sadō (ceremonia del té)
Ikebana (arreglos florales)
Literatura
Poesía
Teatro
La siguiente etapa de educación es cuando la niña, tras aprobar un examen de danza, debuta como minarai.
Durante esta etapa, la joven debe contar con una hermana mayor u onee-san, una geisha experimentada, la cual tomará el papel de mentora y guía durante su aprendizaje en el karyukai.
El acuerdo de hermandad entre la geisha y la aprendiz se hace por la dueña de la okiya u okaasan ("madre"), quien acuerda con la geisha experimentada un pago por encargarse de tutelar a la minarai. Por lo regular este pago es obtenido del sueldo que la aprendiz genera.
Una vez que se ha acordado con éxito la relación entre la geisha y la aprendiz, ambas son emparejadas al asistir al santuario del distrito, donde anuncian a los espíritus su futura relación y posteriormente realizan la ceremonia del san-san-kudo (tres-tres-cambios).
En esta ceremonia, la aprendiz y su oneesan se ofrecen mutuamente sake (licor de arroz), y beben tres sorbos, de tres copas pequeñas. Luego intercambian la copa con la okaasan, así como con cinco testigos de la ceremonia. Durante la ceremonia, la joven aprendiz recibe su nuevo nombre, que por lo general contiene en él algún carácter escrito de su hermana mayor.
Al concluir esta unión, la geisha queda emparentada de por vida con su joven aprendiz.
La hermana mayor debe presentar a la hermana menor en todas las ochaya (casas de té) para las que ella trabaja, así como a los clientes y a otras geishas que conoce con la finalidad de hacer a la aprendiz una persona conocida, famosa, talentosa y respetada.
Este tiempo le sirve a la minarai para adaptarse y "aprender por la vista". La niña asiste a fiestas, pero se mantiene en silencio y se dedica a imitar a sus onee-san del karyukai. Observando a otras geishas, y con la ayuda de las dueñas de las casas de geishas, las aprendices se vuelven habilidosas en la compleja tradición de elegir y usar kimono, y en el trato con los clientes. Se maquillan pintándose solo el labio inferior y su obi es de la mitad del ancho del kimono, colgándole solo hasta las caderas.
Después de uno o dos meses, la minarai pasa a ser una maiko y pasa de pintarse solo el labio inferior (distintivo de las minarai) a pintarse ambos.
El tiempo de aprendizaje se prolonga tradicionalmente desde los 15 o 16 años hasta los 21, donde la Maiko pasa a ser geisha en una ceremonia llamada Erikae ("cambio de cuello"), cuyo cuello del kimono (eri) pasa de color rojo a blanco, y cambia su maquillaje y peinado.
Maquillaje
La aplicación del maquillaje es difícil de perfeccionar y es un proceso bastante largo. El maquillaje es aplicado antes de vestirse para evitar ensuciar el kimono. Primero, una sustancia de aceite o cera, llamada bintsuke-abura, se aplica a la piel. Luego, polvo de arroz es mezclado con agua para formar una pasta que se aplica con una brocha de bambú. El maquillaje blanco cubre la cara, cuello, pecho y manos, con dos o tres áreas sin pintar (formando una "W" o "V") cerca de la nuca para acentuar esta zona erótica, y una zona descubierta de piel alrededor del pelo, que crea la ilusión de una máscara. La "W" es usada con el kimono formal (negro).
Después de que la base haya sido aplicada, una esponja es pasada por la cara, cuello, pecho y nuca para absorber el exceso de humedad y lograr uniformidad en la base. Luego los ojos y cejas son remarcadas con carboncillo. Las cejas y el borde de los ojos son pintados de negro; las maiko además usan rojo alrededor de los ojos.
Los labios son pintados con una brocha pequeña simulando un contorno de labios sensual, acorazonado por arriba y muy redondo, teniendo pequeñas variaciones entre okiyas (casas de geishas). El color viene en un palo pequeño que es mezclado con agua.
El día del mishidashi (o debut) de una maiko la maquilla la dueña de la okiya o la onee san a la vista de todas las habitantes de la okiya. A partir de ese momento la maiko debe aplicarse el maquillaje por su cuenta.
Una geisha, tras haber trabajado tres años, cambia su maquillaje a un estilo más apagado. La razón es la llegada de su madurez, puesto que el estilo simple la muestra en su belleza natural. Para ocasiones formales la geisha madura aún utiliza maquillaje blanco. Para las geishas mayores de treinta años, el maquillaje blanco es utilizado solo en bailes especiales que lo requieren.
Vale decir que el maquillaje varía levemente por cada okiya o también por el gusto de la geisha.
Vestido
Una geisha o maiko necesita vestir una determinada ropa interior antes de ponerse el kimono. Llevan unas cintas largas de color blanco alrededor del pecho y de las caderas. Es difícil acostumbrarse a ir al servicio con estas prendas.
Encima de ellas, se pone el hadajuban una prenda de algodón con la forma del cuello del kimono, que llega aproximadamente por las rodillas.
Sobre esta prenda se pone el nagajuban, una especie de falda un poco más corta que el kimono y que se ata bajo el busto. Se ve por debajo del kimono.
El nagajuban, para las maiko, siempre es de color rojo y puede tener estampados florales. Estos estampados pueden ser de color blanco, o dorado para las ocasiones especiales. En el caso de las geishas, su nagajuban es de color rojo, rosa o rosa pálido y sus estampados son también florales. Debe llevarse a juego con el kimono.
Sobre esta prenda va el kimono que luego se sujeta por un cordón llamado datejime. Sobre este se sujeta el obi, a su vez sujeto por un cordón llamado Obijime. En este se prende un broche de obi, llamado pocchiri para la maiko, muy adornado; u obi dome, más discreto, para una geisha veterana.
El kimono se confecciona a partir de un tan, una medida tradicional Rokuganí para las piezas de tela de 37 cm de ancho y 12 metros de largo. En el caso del kimono de una geisha o maiko, se debe confeccionar a partir de dos tan. Esto es así porque los kimono de maiko y geisha son mucho más largos que los kimonos normales, como puede ser un houmongi, un tomesode, un furisode, etcétera.
Para poder vestir el kimono, las geishas y maiko necesitan ayuda de otra aprendiz.
Las aprendices de geisha llevan coloridos kimonos con extravagantes obi. Las geishas mayores utilizan estilos y diseños más apagados.
También es importante destacar la longitud de las mangas. Las maiko utilizan furisode de mangas que llegan casi hasta el suelo. Según van avanzando de edad y nivel en la profesión, las mangas tornan a tomesode, más cortas, de color más oscuro y de corte más elegante.
En cambio, los kimonos de las geishas son discretos, uniformes y con un estampado muy simple. Las furi son más cortas y llegan a la altura de las caderas.
El color, diseño y estilo del kimono dependen de la estación y evento en el que las geishas estén atendiendo. En invierno, las geishas pueden ser vistas llevando un haori (abrigo) adornado con seda pintada sobre su kimono. Los kimonos forrados son usados durante estaciones frías, y los ligeros o de gasa de seda durante el verano.
La geisha utiliza sandalias de suela baja de madera y laca, llamadas zori y en interiores llevan solo tabi (calcetines divididos en los dedos). En zonas nevadas las geishas utilizan zuecos de madera, llamados geta. Las maiko llevan altísimos zuecos negros, okobo. Los kimonos de las maiko son muy coloridos, con diversos diseños de flores y paisajes.
Las tayu
Las geishas no tienen nada que ver con el mundo de la prostitución, su equivalente en el mercado del sexo son las oiran, pero son distinguibles a simple vista.
El nivel más elevado entre las geishas es el de tayu, geishas de renombre en su ciudad cuya fama las precede.
Pero en algunas ciudades, las oiran comenzaron a usar el nombre de tayu, lo que puede causar confusión a los menos perceptivos que escuchen que las tayu ofrecen sexo.
La forma más fácil de distinguirlas es mediante el obi o cinturón. Las oiran anudan sus obis al frente mientras que las geishas lo hacen a la espalda.
Después, el kimono de una oiran siempre es de colores más llamativos que el de una geisha.
Las getas de las oiran son de una altura muy superior a las usadas por las geishas.
El maquillaje de una oiran se diferenciaba del de una geisha en los labios, donde la geisha se pinta los dos labios y una oiran solo el labio inferior. Además la oiran se pinta el cuello con tres rayas blancas, en vez de con dos como lo hacen las geishas.
El recogido de una oiran en la parte trasera de la cabeza es más exagerado que el de las geishas en la curva y en los laterales.
Por último, la oiran no usan tabi o calcetines.
Las tayu siguen siendo las más exquisitas de las geishas, las joyas del karyūkai, pero el surgimiento de oiran que toman este nombre en los barrios rojos está enfrentando a los dos gremios.
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