Kappa

Los kappa (河童 en japonés), llamados también gataro (川太郎) o kawako (川子) viven en los ríos y lagos (de ahí que se les llame «kawako», es decir, «niños de los ríos»).
 
Se dice que los kappa tienen forma casi humana, son del tamaño de un niño pequeño, su cara recuerda a la de las tortugas y sus extremidades y piel son similares a las de las ranas.
 

En ocasiones pueden aparecer representados también con un caparazón de tortuga, aunque algo más pequeño. Por ello es por lo que, tal vez, el nombre de kappa derive de la palabra «capa» introducida por los portugueses.
Lo que caracteriza a estos seres es el plato que tienen sobre su cabeza, que se encuentra lleno de agua (puesto que, de no ser así, perderían sus poderes y acabarían muriendo).
 
En los cuentos tradicionales japoneses suele decirse de ellos que son malos, que espían a las chicas mientras se desnudan y que, incluso, raptan a niños para comérselos (por eso es habitual que a los niños traviesos se les diga «no te metas en el agua o te comerá un kappa«).
 
 
Y es que, supuestamente, los kappa se alimentan del shirikodama (尻子玉) una especie de bola que se encuentra dentro del ano de los niños.
Por suerte, aunque también se dice de ellos que roban verduras en los huertos, hay un alimento que les gusta más que los niños, y son los pepinos.
Por eso, las familias japonesas lanzaban pepinos a los lagos cercanos a sus casas, para evitar que los kappas se comieran a sus hijos.
Existe una variedad de sushi denominada kappa maki hecha con… ¿adivinas con qué?.
 
Ademas, según la tradición, a los kappa también se les puede ahuyentar con fuego.
Ese parece ser el motivo por el que, en muchas aldeas en Japón, todavía se utilizan fuegos artificiales en los festejos.
Por último, existe una manera más escatológica de ahuyentárles: soltar en su cara una fuerte flatulencia (?!).
 
A pesar de todo lo anterior, curiosamente los kappa son seres muy educados a la manera tradicional de Japón, por lo que para poder escapar de un kappa puede hacerse mediante una reverencia, ya que el kappa se sentirá obligado a devolverla, dejando caer el agua de su plato y perdiendo sus poderes.
De todos modos, en algunas ocasiones, los kappa ayudan a los seres humanos con sus poderes y su conocimiento de la naturaleza, enseñándoles mejores formas de cultivar o pescar, o mejorando los conocimientos sobre medicina natural.
 
 
Si alguien sigue jugando tercera, tenéis este yokai en la pág 109 del Criaturas de Rokugán. Es buen ejemplo de que una cosa es Japón y otra Rokugán, pues veréis que poco tienen que ver ambas versiones.

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