La tradición de las tres noches

Hablamos del matrimonio, en perspectiva Rokuganí, pero desde una perspectiva histórica parece existir la tradición de las tres noches, por la que no se llega virgen al matrimonio. 
 
Al parecer había una especie de tradición por la cual antes de la boda –no tiene por qué ser la semana antes– el novio iba a ver a la novia "a escondidas" (todo lo escondidas que puede ser cumplir una costumbre conocida) para pasar al menos tres noches con ella.
 
En las dos primeras noches lo que hacen los novios fuera de la vigilancia de los padres es "hablar sobre el futuro en común". Pero la última noche ya era estandarizado que los novios tuvieran relaciones antes de la boda, y es así que el compromiso ya llegaba consumado al matrimonio.
 
Tener sexo totalmente desnudo no era lo habitual. Las pinturas costumbristas de ukiyo-e les muestran medio vestidos, porque así es como sucedía.
Los kimonos se abren con facilidad, pero tapan, y parece que para ellos sucedía así.
 
Volviendo a los novios, la parte más importante de la tradición es el tercer día, ya que en ese encuentro al terminar y reunirse los novios con la familia se ofrecía una comida ritual (había bollos de judías rojas y otros alimentos que atraían a la suerte y lo sagrado) y el novio recibía la bendición de los padres de la novia para casarse.
 

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