Daikoku matsuri
Se trata de uno de los muchos hadaka matsuri que se celebran a lo largo y ancho de Rokugán para recibir el año nuevo, con el objetivo de la purificación espiritual y de lanzar plegarias por la buena suerte para el año que ha comenzado.
En el Daikoku Matsuri se rinde tributo a Daikoku, la Fortuna de la prosperidad.
Los jóvenes que acaban de entrar en su vigésimo año, vestidos tan solo con un fundoshi (褌) o taparrabos, se meten en una piscina llena de agua helada
y vierten cubos de agua sobre sí mismos mientras los espectadores les
animan al ritmo de la música tradicional.
Las mujeres usan un yukata blanco, ya que el Daikoku Matsuri es uno de los poquísimos festivales de desnudos en que participan mujeres.
Después, un bailarín sintoísta (kagurashi) disfrazado de Daikoku bendice a los devotos nuevos mayores de edad sacudiendo un «mazo de la suerte» sobre sus cabezas.
Durante el segundo día del festival se celebra el ritual hochoshiki, en el que maestros de cocina cortan una gran carpa con tan sólo un cuchillo y unos palillos para comer (hashi, 箸).
El maestro, vestido con un traje tradicional, demuestra sus habilidades superiores con el cuchillo llevando a cabo el corte de la carpa sin tocar el pescado con las manos en ningún momento del ritual, que se realiza sobre un gran trozo de ciprés (hinoki) sin barnizar.
El festival concluye con una oración especial para bendecir a todos los visitantes con buena suerte para el nuevo año.
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