Religión en Rokugán

La religión de Rokugan, el kami no michi (camino de los kami), es una religión sincrética que ha absorbido varias tradiciones distintas y lo ha fusionado en un sistema de creencias más o menos coherente, en el que siempre hay alguna figura a quien pedir ayuda para hacer cualquier cosa.

Adoración a las Fortunas

El Culto a las Fortunas es el más antiguo, anterior a la llegada de los Kami, y en él se veneran a 7 figuras que representan conceptos abstractos.
Las más populares de las Fortunas son las «Siete Fortunas de la Buena Suerte». 
Cabalgan por el cielo en un carro de oro que otorga buena suerte a quien lo ve. La mayoría de las plegarias de Rokugan se dirige a ellas para obtener su favor. Las Fortunas tienen un aspecto pacífico y otro airado. El pacifico es el de una gran figura sonriente sentada en un almohadón. En el airado se las representa con piel negra, ojos llameantes y colmillos, a menudo blandiendo una espada.

Benten, la fortuna del amor romántico.
Bishamon, la fortuna de la fuerza.
Daikoku, la fortuna de la riqueza.
Ebisu, la fortuna del trabajo honesto.
Fukurukojin, la fortuna de la sabiduría y la compasión.
Hotei, la fortuna del bienestar.
Jurojin, la fortuna de la longevidad.

A estos se añadieron luego Amaterasu, la Dama Sol, y Onnotangu, el Señor Luna.

La mayor de todas las Fortunas es Amateratsu, la Diosa del Sol. Fue ella quien dio la vida a los fundadores de los Clanes. Crear imágenes de la Diosa del Sol está prohibido. Incluso en sus templos, la única representación de Amateratsu es un espejo.

Por debajo están las fortunas menores, algunas de ellas creadas por las Siete Fortunas para ayudarles, y otras personajes históricos elevados a ese rango por algún emperador debido a sus hazañas en algún campo. 
Hay alrededor de un centenar de ellas, para cada cosa imaginable, desde el arroz a las flores, el viento o los escarabajos. 
El infame emperador Hantei XVI, el Crisantemo de Acero, nombró a uno de sus enemigos políticos Fortuna del Estiércol para humillarlo después de muerto, y como es imposible revocar el título de fortuna, a día de hoy lo sigue siendo y los campesinos le rezan para que su estiércol sea muy fértil.

Inari es la fortuna del arroz y el grano. También es el patrón de los zorros, y por ello la gente que usa su nombre en vano es visitada a menudo por sus astutos embaucadores. Inari fue un campesino que cultivaba arroz y que atrapó a un zorro en una trampa. Sin embargo, le liberó cuando el zorro le prometió proporcionarle una buena esposa. La esposa, por supuesto, era el zorro en su forma humana. Cuando el hijo de Hantei II enfermó cerca del hogar de Inari, su esposa curó su enfermedad. Tras su muerte, Hantei elevó su alma para convertirlo en protector del grano y de los zorros.

Suitengu es el protector de las aguas. Los marineros y pescadores le rezan para calmar las corrientes y obtener una pesca provechosa, y para que les libre de las tormentas. Se dice que fue un pescador que se cruzó con Hantei IV cuando éste era joven y le salvó de ahogarse. Su alma fue elevada a la posición de Fortuna cuando Hantei V fire salvado de una tormenta después de rezar a Suitengu.

Tenjin es la Fortuna de la escritura y la literatura. Akodo Tenjin fue un astuto poeta que escribió una historia que Hantei III encontró ofensiva. Ordenó que Tenjin fuera ejecutado e inmediatamente después la enfermedad y la peste cayeron sobre la corte. Hantei III suplicó perdón al espíritu de Tenjin y creó un templo para honrar su memoria. Desde entonces, los poetas le rezan para que les inspire y guíe.

Osano-Wo es la Fortuna del fuego y el trueno. Es la más temible de todas (nunca se la representa en su aspecto pacífico). Osano-Wo fire uno de los primeros samurai Cangrejo, un hombre con un temperamento similar al trueno. Se dice que cuando encontraba a un enemigo en la batalla podía llamar al relámpago a su espada y golpear a un millar de guerreros a su vez. Los rokuganeses le rezan para que les proteja del desastre.

Los Guardianes de los Cuatro Vientos a menudo son dibujados sobre una plataforma que representa el mundo. Bajo cada uno de sus talones hay un oni y en su mano derecha hay espadas llameantes que pueden bailar en el viento. Los rokuganeses les rezan para un viaje seguro y rápido. Jikoju gobierna el Este, Zocho el Sur, Komoku el Oeste y Tamon el Norte.

El culto a las Fortunas es anterior a la humanidad, pero este culto evolucionó en Rokugán entre los Décimos Hijos de forma natural dando origen a los monjes.

Adoración a los kami

Por otro lado, está la adoración a los kami, a los que se tiene un especial respeto. 

Los kami (con minúscula) son los espíritus con los que los shugenjas se comunican.

Adoración a los ancestros

Por otro lado, está la adoración a los ancestros de cada familia, incluyendo a los fundadores de esta, a los que se tiene un especial respeto. Los Kami (con mayúscula) se refiere a los hijos de Amaterasu y Onnotangu, que también son reverenciados como parangones (especialmente entre la casta samurai).

La llegada de los Hijos del Sol y la Luna, los Kami, inició la Edad del Hombre. Los Kami enseñaron a la humanidad todas las artes y oficios y el concepto de una sociedad ordenada, y han regido los destinos de la humanidad durante mil años.

Hantei Jimmu Tenno fue el primer Hantei. Es el gobernante del mundo invisible de los espíritus. Aquellos que buscan buenas cosechas y protección de los espíritus del mundo invisible le rezan a él.
Los hermanos y hermanas de Hantei, el resto de Kamis, también son adorados por los Clanes que fundaron. Igual que con su madre, está prohibido retratarles en pinturas o esculturas. En vez de un espejo, cada Clan usa la espada de su fundador para decorar su capilla.

Los rokuganeses conciben al individuo bajo el escrutinio constante de los ancestros. No importa que nadie esté observando, el individuo debe siempre mantener una fechada de rectitud.
En Rokugan sólo existe la máscara social. Cada momento de cada día, un samurai lleva su posición consigo. Nunca se quita su máscara o, más correctamente, su «apariencia». Un individuo es el rostro que exhibe, y nada más.

El Tao de Shinsei

Por último, el Tao de los Cinco Anillos, obra de Shinsei y transcrito por Shiba, es una colección inagotable de sabios proverbios a los que se da autoridad religiosa, y también codifica buena parte de las ceremonias religiosas de Rokugan, como los funerales. 

Muchos shugenja ven la sabiduría de las palabras del hombrecillo y dedican sus vidas a perseguir esta enigmática sabiduría. Afeitan sus cabezas y construyen templos aislados en las montañas, retirándose a vidas de profunda contemplación. 
Los monjes son tratados como campesinos Heimin. Muchos samurai abandonan el nombre de su familia al entrar en la vida monástica, dejando atrás con ello su posición.

Algunos samurái, como los esotéricos guerreros del Clan del Dragón, también han adoptado la filosofía de Shinsei, y durante los mil años pasados desde su llegada se han desarrollado muchas versiones de «Shinseísmo». 

A Akodo no le gustaba Shinsei y el Clan León, poco dado a olvidar, no sigue el Shinseísmo excepto en lo que la ley o la tradición les obliga. Por ejemplo, en todos los dojos del clan hay una copia del Tao, como dicta la tradición, pero ninguna de esas copias se ha abierto jamás.

Entre el pueblo las Fortunas y los kami están mucho más presentes que el Shinseísmo, más filosófico y elevado, pero los samuráis reparten su fe entre ambos.

El propósito de las enseñanzas de Shinsei era el de liberar el alma de su ignorancia, de su avaricia y de las pasiones (ira, deseo, odio, pena y alegría).
Sólo comprendiendo y separando la propia alma de estos vicios puede un samurai alcanzar la iluminación. El mundo es un lugar de tristeza, y sólo superando tus percepciones y viendo más allá de las ilusiones puedes obtener la iluminación.

Una vez que un alma alcanza este estado, su nombre añade el sufijo «noshin.» Las almas fallecidas de aquellos que han alcanzado la iluminación son otra fuente de plegarias y bendiciones, pero el ritual para rezar a los noshin es mucho menos formal que el de rezar a las Fortunas.

Las capillas dedicadas a Shinsei y a los noshin son muy sencillas, utilizando el paisaje natural en vez de las estructuras creadas por el hombre para enfatizar las lecciones de Shinsei de «perder el sentido del mundo.».

Shinsei enseñó que las debilidades provienen de tener el pensamiento puesto en lo material en vez de en lo espiritual. Los cinco elementos son eternos, mientras que la carne es material y temporal. La pasión es un síntoma de la carne mientras que la templanza y la sabiduría se ganan de lo eterno (los propios ancestros). Concentrándose en lo eterno, un estudiante puede liberar su alma de lo material.

Un aspecto radical de las enseñanzas de Shinsei fue que todo el mundo (si lo desea) puede alcanzar la iluminación. Aunque pueda costar un millar de vidas, la iluminación está al alcance de cualquier alma que desee buscarla.
Aunque el ideal de aislamiento de la Orden de Shinsei llama a muchos samurai que se retiran (generalmente, sobre los cuarenta años los samurai afeitan sus cabezas y se retiran a una vida monástica de contemplación), la rama reciente del Shinseísmo afirma que la sabiduría no puede hallarse en el aislamiento. 
Sólo relacionándose con todas las tentaciones y maldades del mundo puede hallarse la verdadera sabiduría. 

Esta nueva rama del Shinseísmo (llamada Shintao, «Camino de Shinsei») se ha hecho popular entre muchos samurai y monjes de Rokugan.

Aunque todo se mezcla bajo el kami no michi (camino de los kami), los santuarios son lugares sagrados de adoración a los kami, mientras que los templos rinden culto a las Fortunas. Los santuarios se asocian a los shugenjas y los templos a los monjes. Los ancestros y el Tao no requieren templos ni santuarios.


Santuarios

El acceso a cualquier santuario (jinja, taisha) comienza atravesando un torii, simbolo que refleja la transición entre lo material y espiritual. El torii se encuentra defendido a derecha e izquierda por dos estatuas komainu. Es muestra de respeto realizar una reverencia antes de cruzarlo.

El sandō es el camino que lleva del torii hasta el edificio central del santuario.
Un sandō puede ser denominado como omote-sandō, si es la entrada principal, ura-sandō si es una entrada secundaria, especialmente si es en la parte trasera, y también pueden haber caminos laterales waki-sandō.

Más adelante hay un templete, el temizuya, o chōzuya, una tina de agua destinada a purificarse manos y boca, ubicada bajo un pequeño templete.
La tina  es usada para lavar las manos, la boca y finalmente el cucharón de madera para purificarse antes de entrar al propio santuario. Esta purificación simbólica es también normal antes de la adoración Idealmente, esta purificación se realiza en un manantial, arroyo o en la orilla del mar.

En el principal edificio del recinto encontramos entre otras salas el honden, el santuario propiamente dicho, donde encontramos el objeto de veneración -algunos auténticamente históricos y sobre los que circulan leyendas- y el haiden, otra sala destinada a las ofrendas, que se depositan haciendo un pequeño ritual antes y después de la ofrenda; dos inclinaciones, dos palmadas, una inclinación. .
Las tablas ema, sirven para escribir en ellas un deseo y colgarlas en otra sala que hay para ellas.

Otro templete del recinto puede ser la tienda de omamori (amuletos).

Para quienes lo deseen, fuera del edificio principal, y como una forma de colaborar con el santuario hay omikujis, predicciones escritas de antemano que uno puede coger a cambio de una pequeña donación.
Otro de los templetes del recinto sirve para, aquellas omikuji que sean negativas, dejarlas atadas aquí para, literalmente, no llevarte la mala fortuna a casa.


Templos
 
Los tera (templos) se orientan al culto a las Fortunas, o quizás a los Kami. Dentro de los templos encontramos tanto templos, abiertos al culto, como monasterios, menos abiertos o directamente cerrados.
Los nombres de templos suelen acabar en -ji, -dera o -in. 

Los templos no están detrás de un torii, si no de un sōmon, el pórtico exterior del templo, que a través del sandō lleva al sanmon, un edificio de mayor tamaño según la importancia del templo, pudiendo ir desde un piso y una puerta, a dos pisos (rōmōn, accesible su segundo piso, menor, o nijūmon, mayor y accesible el segundo piso) y hasta tres pórticos, llegando a ser edificios lujosos en sí mismos.
Estas edificaciones son propias a los templos, aunque puedan encontrarse en otros lugares, como las pagodas, que a pesar de su aspecto no tienen mas de un piso accesible, siendo ornamentales.

Tampoco hay temizuya para acceder a ellos, pero a veces hay una quema de incienso en la que los visitantes se impregnan antes de entrar. 

Si el templo recibe visitas probablemente ofrezca omikujis

Los karesansui, o jardines secos, son propios de los monasterios aunque puedan encontrarse en otros lugares.


Los edificios del templo incluyen el garan o edificio principal, donde se encuentra el kondō o Gran Salón, equivalente al honden de los santuarios.
El tsōrō es la torre en la que la tsurigane o bonshō (campana) se golpea por fuera para marcar las 12 horas del día y para llamar a los monjes a la meditación.
El kodo es el edificio de estudio monacal, y es habitual alguna pagoda de 3 o 5 pisos. 

Los garan pueden ir desde santuarios medio enterrados con entradas ricamente talladas hasta simples torres o estatuas. El garan más habitual con diferencia tiende a ser un edificio de una sola planta de madera ricamente tallada, pintada o decorada, construido alrededor de un atrio que se usa para el culto.


Por lo general, el templo se compone no solo de sus edificios, sino también del entorno circundante. 
Los templos están diseñados para simbolizar 5 elementos: fuego, aire, tierra, agua y vacío (sabiduría) y sus terrenos respetan y se edifican deacuerdo a principios de geomancia. 

Templos y monasterios pueden aceptar a un viajero para hacer noche si es que dispone de shukubō ("alojamiento del templo").


El Orden Celestial

El Orden Celestial refleja la creencia rokuganesa de que el universo está estructurado y ordenado. Los rokuganeses pueden verlo en el cambio de las estaciones, en los patrones del movimiento de las estrellas y en las fases de la luna. Si la naturaleza está estructurada y el hombre forma parte de ella, entonces también debe estar estructurado. Aquellos que intentar negar su parte en la estructura son marcados como descastados y bárbaros.
Los rokuganeses creen profundamente en las pautas de la naturaleza, y por ello la adivinación del futuro es una actividad muy popular. Hay muchas formas de adivinación, incluidas la astronomía (un arte noble practicado por los shugenja), la cartomancia y la lectura del té (por mencionar sólo unos pocos).

Reencarnación

Una creencia fundamental en Rokugan es la reencarnación. Se cree que este mundo es uno entre un centenar de miles de millones de mundos que fueron uno una vez y volverán a serlo Cuando sus almas dejan este plano van a un lugar para prepararse para el próximo. En el mundo espiritual, los espíritus no tienen rostro ni identidad. Esto es porque el mundo material es temporal y no es importante, y tiene un impacto muy escaso sobre el alma eterna.

Un alma tiene dos aspectos que cambian de acuerdo con la vida la que el alma nace: el dharma y el kharma. El Dharma es el deber del alma, su papel en esta vida. Todas las vidas del mundo tienen un deber, y no habrían nacido en este dharma si su alma no estuviera preparada para él (otro reflejo de la creencia en el universo estructurado de los rokuganeses). El Kharma,por otro lado, es la energía que el alma reúne para cumplir con su deber. Un alma que reúne la energía suficiente lleva una vida mejor en el siguiente mundo, las almas más avanzadas alcanzan la posición de divinidades.


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